Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0)Duque Restrepo, Óscar EduardoSalazar Penagos, Luz AdrianaSalazar Tapiero, Fazuly2025-04-022025-04-022025https://repositorio.uniremington.edu.co/handle/123456789/6811El coaching empresarial se ha consolidado como una herramienta esencial para el desarrollo de líderes en el entorno laboral actual. Es así como esta práctica no solo proporciona habilidades y herramientas para enfrentar desafíos, pues también genera un impacto significativo en la cultura organizacional y en la creación de valor agregado. Al fomentar un ambiente en el que el liderazgo efectivo puede florecer, el coaching empodera a todos los miembros del equipo, permitiéndoles, de esta manera, contribuir al éxito colectivo de manera activa (Dolan, 2013). Dicho esto, una de las funciones clave del coaching es ayudar a los líderes a identificar sus objetivos y a desarrollar estrategias claras para alcanzarlos; para ello, promueve una mayor autoconciencia permitiendo a los líderes comprender mejor sus fortalezas y áreas de mejora. Lo anterior obedece a las necesidades de un mundo empresarial altamente competitivo y, precisamente por eso, la capacidad de respuesta y la innovación son fundamentales. Es aquí justamente que se requieren sus herramientas para facilitar que los líderes gestionen equipos diversos, inspiren a sus colaboradores y promuevan la creatividad (Avolio., 1994). Al respecto, modelos como el GROW (Goal, Reality, Options, Will), desarrollado por John Whitmore (Whitmore, 2017), son herramientas valiosas que ayudan a los líderes en la toma de decisiones y en el establecimiento de metas claras y alcanzables. Por tanto, la capacidad del coaching empresarial para generar valor agregado se manifiesta en múltiples dimensiones: mejora en la comunicación, resolución de conflictos y aumento de la motivación entre los empleados. Sin embargo, el impacto del coaching no se limita a los líderes individuales, también beneficia a los equipos y a los clientes. Y no solo eso, ya que mejora la gestión del cambio, fomenta la cohesión del equipo y cultiva una cultura organizacional centrada en el cliente (Dolan, 2013). De igual manera, es importante destacar que el coaching no es un proceso inmediato. Su éxito depende, sí o sí, del compromiso del líder y del apoyo organizacional para instaurar una cultura de desarrollo y aprendizaje continuo. Un coach efectivo, por ejemplo, debe poseer habilidades de comunicación, escucha activa y una comprensión profunda de los desafíos empresariales, asegurando así que el proceso de coaching sea verdaderamente transformador.27 p.application/pdfspaDerechos Reservados - Corporación Universitaria Remington, 2025CoachingCoacheeLiderazgoTalentoAprendizajeCoaching empresarial y sus efectos de liderazgo en la generación de valor para los interesados en organizacionesTrabajo de grado - Especializacióninfo:eu-repo/semantics/openAccesshttp://purl.org/coar/access_right/c_abf2LiderazgoÉtica de los negociosHabilidades sociales