Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0)Raga Perlaza, Rubén DaríoCastaño Silva, NataliaRomero Patiño, Lilian Viviana2024-09-162024-09-162024https://repositorio.uniremington.edu.co/handle/123456789/4551En Colombia se busca que la educación sea integral y de calidad. Por este motivo el Estado procura siempre brindar garantías para que niños y jóvenes pertenezcan y permanezcan en el sistema educativo nacional. En las zonas rurales de Colombia, no es tan común o normal que los niños y jóvenes vayan a la escuela o al colegio. Esto ocurre por diversos motivos: en especial porque en el campo aún persiste la idea de que las niñas deben de acompañar a sus madres en las labores domésticas y quehaceres del hogar, y los niños deben tempranamente aprender las tareas del campo y acompañar a sus progenitores para asé encontrar el sustento diario. Por estos motivos El Estado es claro en definir la educación como un derecho de todos. Un derecho para niños y niñas tanto de las zonas urbanas como rurales. Un derecho que promueve al ser humano, lo estimula, lo promociona, lo forma y lo capacita y así mismo el Estado busca los medios para vigilar que dicho derecho se respete y que además para los padres de familia se convierta en llamativa la idea de que sus hijos vayan a la escuela, aprendan, socialicen y se formen y capaciten con herramientas sólidas para el futuro. Unas de estas alternativas del Estado es ofrecer todos los medios y garantías para que el niño llegue a la escuela y reciba sus clases. El P.A.E. por ejemplo, Plan de alimentación escolar, es el programa que busca fortalecer, apoyar y contribuir a la alimentación de niños y jóvenes que asisten a clases. Y el Transporte Escolar Rural es otra de las estrategias con las que se busca que ningún niño se quede en casa. Por la topografía de nuestro país, no hay centros educativos en cada vereda del territorio nacional. Suele suceder en ocasiones que los niños y jóvenes de diferentes veredas se reúnan para recibir sus clases en un centro educativo. Las cantidades de recursos girados año tras año a los Fondos de Servicios Educativos (Instituciones Educativas), son enormes. Estos recursos son vigilados e invertidos en su destinación específica, pero: ¿Se ejecuta todo el presupuesto de transporte escolar rural y se procura la calidad, seguridad y oportunidad del servicio prestado? ¿Si van los niños en vehículos que son contratados por el mismo Estado, por qué en los siniestros viales que son noticia por su relevancia, a veces no hay quien responda a padres por gastos médicos o funerales? ¿Por qué en accidentes trágicos donde se involucran rutas escolares, es dónde apenas se develan los vacíos de un servicio que lo que busca es que los niños vayan a estudiar y se cuide sus vidas? Precisamente en este trabajo hablaremos de las debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas que tiene el servicio de transporte escolar rural en Colombia. Se invierten año tras año miles de millones, pero se persiste en los mismos errores, que de ser detectados e informados a tiempo podrían sin duda: salvar vidas.22 p.application/pdfspaDerechos Reservados - Corporación Universitaria Remington, 2024ContrataciónPercepciónTransporte públicoDeserción escolarCorrupciónÉticaServicio de transporte escolar rural : percepción comunitaria sobre la ejecución y contrataciónTrabajo de grado - Especializacióninfo:eu-repo/semantics/openAccesshttp://purl.org/coar/access_right/c_abf2ContratosTransporte terrestreServicios públicos